Michelle Carter y el TDAH
  • Michelle Carter, convive con TDAH y dislexia, algo que no le ha impedido hacerse con el oro en lanzamiento de bala en Río 2016, así como con el Premio Jackie Joyner-Kersee a la mejor atleta estadounidense.
  • La historia de Carter es una historia de superación que ha demostrado al mundo el potencial de las personas con TDAH, así como la importancia de la detección temprana y el apoyo colectivo. Ella es el claro ejemplo de que querer es poder.
  • En 2018, al otro lado del atlántico, surge otra historia de superación paralela. Santiago González Fernández, Manager of Sales de Demadi, fundó su negocio con la inspiración de referentes como ella.

La historia de Michelle Carter…

Michelle Denee Carter, nacida en San José, California, el 12 de ocubre de 1985, fue diagnosticada con TDAH y dislexia en su infancia. Según reseñaba en una entrevista para Understood “Definitivamente en ese entonces yo era una niña difícil de manejar. No podía sentarme por mucho tiempo a estudiar y a aprender”.

Carter tuvo la suerte de encontrarse con una escuela pública que, incluso por aquel entonces, supo entender rápidamente la ayuda y el apoyo que necesitaba. Por este motivo, más allá de rendirse, entre la escuela y sus padres trataron de ayudarla mediante clases de tutoría entre tres y cuatro veces por semana, enfocadas al ámbito de la lectura, la escritura y las matemáticas, algo que le hizo obtener buenas calificaciones en la escuela intermedia y el bachillerato.

Este hecho demuestra, sin ningún género de dudas, la importancia de la atención personalizada y sobretodo de la detección precoz de este tipo de afecciones.

Emprendiendo el camino del éxito

Embed from Getty Images

De la mano de una mejora de su rendimiento escolar, la ahora campeona olímpica descubrió en el atletismo una de sus grandes pasiones. En este sentido, fue una destacada lanzadora de bala, lo que a sus 15 años le permitió acceder al equipo nacional de los Estados Unidos.

No sin mucho trabajo, decepciones, alegrías, dudas y certezas, terminó sus estudios de bachillerato y fue premiada con una beca de atletismo, que le permitió estudiar en The University of Texas, donde obtuvo una licenciatura en estudios de juventud y comunidades.

Al terminar su licenciatura, Carter mantuvo su pasión por el deporte que tanto le había dado en esta vida: el lanzamiento de bala. Este deporte le dio un motivo, una pasión, una beca y unos estudios que puede que no hubiera conseguido sin la ayuda y el apoyo de sus profesores, entrenadores, padres y compañeros.

Como ella mismo dijo “Cuando me di cuenta que podía practicar el deporte que amaba y tener una profesión que me permitía ver el mundo, me decidí”. Es importante recalcar que, como hemos comentado, no podría (o hubiera sido un camino mucho más farragoso) haber llegado sola hasta este punto. Por eso su testimonio es la demostración de que la detección temprana de este tipo de trastornos y el apoyo constante desde la infancia son dos cuestiones vitales a la hora de explotar el potencial de las personas con TDAH y dislexia.

Por fin en las olimpiadas

Embed from Getty Images

Carter participó en las Olimpiadas de Río 2016. Sus terceras olimpiadas consecutivas. Atrás quedaron sus resultados en Pekín 2008, donde ocupó el puesto 15 para su disciplina, y Londres 2012, donde ocupó el quinto.

El mismo año en que se presentó a las olimpiadas de Río, comentaba “Mi gran esperanza es ganar la medalla de oro. Quiero que el número tres sea mi número de suerte” y no iba mal encaminada. Ese mismo año obtuvo el tercer lanzamiento de bala más largo a nivel mundial. Finalmente, tras mucho esfuerzo, se hizo con el oro de la competición.

Hacia nuevos emprendimientos: Michelle Carter y su marca

Quizás la confianza que le dio el amalgama de apoyos, estudios, reconocimiento y objetivos deportivos alcanzados, la ha llevado a una etapa de mayor confianza que le permitió emprender su propio camino como empresaria.

La atleta ha participado en programas como YouThrow Girl, dirigido a desarrollar la confianza de jóvenes mujeres atletas, pero también ha optado por el emprendimiento, mediante la fundación de su propia marca de maquillaje.

Michelle Carter en Instagram, hablando sobre la nueva fundación de su marca.

Todo esto sin dejar de lado su compromiso con el BodyPositive. La misma atleta y empresaria sentenciaba “Tu cuerpo está hecho para hacer algo especial, algo que solo tú puedes hacer, y tienes que amarte a ti misma sin importar en qué etapa se encuentre tu cuerpo”.

En definitiva, toda la confianza que sus allegados y los profesionales que trabajaron con ella la han proporcionado, le han permitido crear un discurso motivacional que habla sobre cuestiones relacionadas con la diversidad funcional y también con la diversidad corporal.

En este sentido, ella misma se reconoce como una atleta de talla grande, y como hemos comentado, ha trabajado en campañas para mejorar la confianza deportiva de las mujeres, enseñándoles a amar su cuerpo sin importar su talla.

La historia de Michelle es la historia de miles de niñas y niños que sufren el estigma por tener TDAH, pero también la historia de una mujer que encontró ayuda y comprensión en sus más allegados, algo que le empujó a llegar al oro y a fundar su propio negocio.

Sin duda, una historia de superación y emprendimiento.

Cuando el testimonio de Michelle Carter atraviesa fronteras

En el 2018, dos años más tarde de que Michelle Carter hiciera historia como campeona olímpica, al otro lado del atlántico, en una tierra bañada por este mismo océano, un emprendedor puso en marcha su negocio, su nombre es Santiago González Fernández.

Michelle Carter y el TDAH
Santiago González Fernández, Iago para los amigos, en la oficina de su empresa. Foto realizada por Marcos Míguez para La Voz de Galicia.

Su historia comienza en la primaria, cuando distintos profesores le comentaban a sus padres los problemas que atravesaba para prestar atención en la clase. Constantemente molestaba en el transcurso de las asignaturas y tenía grandes dificultades para seguir el ritmo de los demás.

A pesar de que tanto los profesores como su propio pediatra tenían conocimiento de los hechos, la sanidad pública española no pareció darle ninguna solución.

Todo cambió cuando Iago tenía nueve años. Según explicó en una entrevista para La Voz de Galicia, a esta edad su pediatra, amigo de sus padres, le derivó a una consulta privada del neuropediatra compostelano Jesús Eirís, quien no tardó en emitir un diagnóstico firme de TDAH.

Más allá de ser algo limitante para ese infante y para su familia, esto fue una alegría para ellos. “Me dieron una medicación y mi vida cambió por completo”.

Cuando obtuvo la medicación y el apoyo necesario consiguió mejorar paulatinamente. De no haber sido así, puede que la historia que contamos en este artículo jamás habría salido a la luz.

Iago insiste, igual que Carter, en que el diagnóstico precoz es la clave para poder hacer que los niños y niñas con TDAH prosperen en la vida, con un diagnóstico, un tratamiento y un seguimiento constante por parte de los pediatras, neurólogos y profesores. Según dice, “Gracias a este diagnóstico conseguí acabar la ESO, bachillerato y una carrera”. Esto es una prueba más de la importancia de visibilizar las realidades de las personas con TDAH.

El día que nació Demadi

A pesar del TDAH, Iago es una persona con muchas inquietudes, y sus intereses estaban puestos en el marketing digital, algo para lo que estudió en distintas instituciones y que perfeccionó mediante sus estancias de prácticas.

En 2017 decidió empezar como autónomo en el sector del marketing digital, gestionando distintas actividades para el bufete de abogados de sus padres, y poco a poco fue consiguiendo más clientes.

Un año más tarde, viendo que había encontrado un nicho con el que poder crear su propio negocio fundó Demadi, inicialmente una agencia de marketing digital enfocada en ayudar a sus clientes ofreciendo estrategias 360 que eran gestionadas de forma interna por la empresa.

Con la llegada de la covid-19 se dio cuenta de que la rentabilidad de su negocio había disminuido notablemente, tanto es así que si seguía obteniendo los mismos datos, pronto debería echar el cierre, como muchas de las empresas que tuvieron que hacerlo por motivo de la pandemia.

A pesar de esta presión, consiguió resolver. Reestructuró su negocio convirtiéndolo en una consultora, diseñó un plan de proveedores con los que poder trabajar mediante subcontratas y mantuvo a flote la empresa de sus sueños.

Hoy, dos años más tarde, Iago forma parte de la directiva de Nordés Club Empresarial y Demadi es la empresa con mayor impacto local en A Coruña. La primera en Google para las principales búsquedas del sector y actualmente afronta su expansión a nuevas localidades, como Madrid, Buenos Aires, y también Sidney.

¿Por qué reivindicar narrativas de personas con TDAH?

El ejemplo de Iago es uno más de personas que, si no te lo dicen, nunca sabrías que tienen TDAH. Sin embargo, conviven con este trastorno diariamente.

Este artículo trata de reivindicar justo esto. La necesidad de visibilizar realidades que a menudo han estado ocultas. La necesidad de aprovechar el impacto de los medios de comunicación para contar historias que tradicionalmente han ocupado los márgenes. El ejemplo de Michelle Carter es un testimonio más, como el de Iago.

No queremos terminar este artículo sin una llamada a la acción:

Contemos las historias que no nos han dejado contar para crear el mundo que queremos construir.

Una historia puede cambiar la vida de cientos de personas, pero aunque cambie solamente la de una, ya habremos avanzado.

Seguimos adelante. Seguimos siempre activos.

Abrir chat
1
💬 ¿Necesitas ayuda?
Demadi
Hola 👋
¿En qué podemos ayudarte?